A finales de los años treinta, en un mundo ensombrecido por los fascismos de diverso cuño que amenazaban a la humanidad, Latinoamérica se convirtió en objeto de disputa política, económica e ideológica.
En un esquema en el que, desde México por el norte y desde Argentina por el sur, Latinoamérica corría el riesgo de verse cubierta por la propaganda fílmica fascista, los aliados reaccionaron ante la emergencia. A un primer proyecto de Gran Bretaña para introducirse en la producción del cine argentino y ganarle la partida a la Alemania nazi, seguiría un proyecto de producción fílmica para Iberoamérica, coordinado por Estados.Unidos y México, en una situación llena de tensiones diplomáticas y espionaje inclusive, de la cual México surgió como el más firme de los aliados, frente a Brasil y las demás repúblicas latinoamericanas y de la cual el cine azteca recibió uno de los apoyos fundamentales para consolidarse como industria y alcanzar su "edad de oro".
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